sábado, 9 de junio de 2012

El FMI fuerza el rescate inmediato de la banca española

Los peores presagios para Moncloa se han cumplido. A eso de las dos de la madrugada, hora española, el Fondo Monetario Internacional (FMI) divulgaba su evaluación inicial de las necesidades del sector financiero en España, según la cual las entidades más débiles necesitan incrementar sus reservas de capital "en alrededor de 40.000 millones de euros" (lea aquí el informe completo).
El informe del FMI, cuyo anuncio se esperaba para el próximo lunes, se adelantaba dos días respecto a la fecha esperada. Con esta medida, el organismo internacional se negaba a dar más margen a España y fuerza al Gobierno de Rajoy a solicitar de forma inmediata el rescate de la banca española. Petición que se producirá, lo más probable, este mismo fin de semana.
No era el escenario previsto por el Gobierno español. Mariano Rajoy había dicho el jueves que habría que esperar a que Roland Berger y Oliver Wyman acabasen su trabajo para tener una cifra. Esto es, a los test de estrés independientes que se publicarán el día 21. Por su parte, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría reiteraba ayer la misma tesis tras el Consejo de Ministros. El FMI, en cambio, no ha querido alargar más los plazos y ha acabado con las especulaciones. El rescate ya es un hecho.
La de ayer fue una noche negra para el Gobierno de Rajoy, que no se esperaba lo sucedido a pesar de las señales claras que le iban llegando de la agencia Reuters, del FMI y del propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que el mismo viernes reclamaba a los dirigentes europeos "acciones claras, cuanto antes, para inyectar capital en los bancos débiles".
"Estamos muy preocupados", intuía un alto funcionario del Ejecutivo español minutos antes de que el Fondo Monetario hiciera público su comunicado. No era para menos: el rescate deslegitima las dos reformas del sector financiero acometidas por el ministro Luis de Guindos, implica una cesión notable de soberanía y deja en una situación delicada al actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El informe del organismo internacional explica que "el núcleo del sector financiero español está bien gestionado y resistiría nuevos choques, pero existen aún importantes vulnerabilidades en el sistema". El examen "no ha tenido por objeto establecer una cifra definitiva para las necesidades de capital, sino detectar deficiencias críticas en algunos segmentos e instituciones determinadas", precisa la nota.
El programa de evaluación del sector financiero español (PESF) llega a la conclusión de que, "si bien el núcleo del sistema parece ser sólido, persisten vulnerabilidades en algunos segmentos". "En el escenario desfavorable, los bancos más grandes estarían suficientemente capitalizados como para resistir nuevos deterioros, en tanto que varios bancos necesitarían incrementar las reservas de capital en alrededor de 40.000 millones de euros en términos agregados, para cumplir con el calendario de transición de Basilea III (core capital del 7%)". Si la exigencia se eleva al 8% de core capital según la definición de Basilea II, el déficit sería de 45.000 millones.
Concretamente, el test de estrés realizado por el FMI encuentra un déficit de capital de 37.000 millones en el escenario adverso, el 80% de los cuales corresponden a las antiguas cajas de ahorros que han recibido ayudas públicas: BFA-Bankia, CatalunyaCaixa, NovaGalicia, Unnim, Mare Nostrum, Banca Cívica, CAM y Caja España.
La cifra puede ser mayor
Ahora bien, las necesidades de capital de esos bancos "superarían esta cifra", advierte el Fondo, "debido a los costos de reestructuración y la reclasificación de préstamos ... que puedan identificarse en las valoraciones independientes de los activos que acaban de ponerse en marcha". En adelante, añade la nota, "será crítico comunicar con claridad la estrategia para crear un mecanismo de apoyo creíble para las deficiencias de capital que, según lo demuestra la experiencia, es mejor sobreestimar que subestimar". El sector estima que la cifra no debe ser inferior a 50.000 millones para que el mercado se crea que es la solución definitiva para nuestro sector financiero.
Este sábado los ministros de Finanzas de la zona euro mantendrán una conference call en la que tratarán el informe del FMI y el rescate de la banca española. Se trata del llamado "rescate blando", que se diferencia de un rescate "duro" como los de Grecia, Irlanda o Portugal en que España no necesita el dinero para hacer frente a los pagos de su deuda pública; al contrario, sólo lo necesita por un motivo concreto, el rescate de la banca, pero no puede hacerlo con sus propios recursos porque o bien dispararía el déficit a niveles intolerables por la UE, o bien tendría que buscar una ingente cantidad de recursos en el mercado -mediante emisiones de deuda- a un coste prohibitivo con la prima de riesgo prácticamente en 500 puntos básicos.
Pero, en todo caso, será un rescate de España como país, después de la negativa alemana a que el fondo europeo (EFSF por sus siglas en inglés) inyecte dinero directamente a las entidades. Y lo que es peor, según las normas europeas, España tiene que pedir formalmente ese rescate, lo que se producirá en las próximas horas. Las prisas dentro de la Unión Europea se explican por el interés de ciertos países en solucionar el "problema español" antes de las elecciones griegas del día 17, para evitar que ambos factores se junten y pongan al euro al borde de la ruptura.
¿Qué condiciones nos van a imponer?
Otra incertidumbre de esta operación son las condiciones que la UE va a imponer a España. En principio, al tratarse de un rescate destinado a la banca, se supone que las condiciones se circunscribirán a este ámbito: utilizar el dinero para provisionar completamente el ladrillo, reforzar la supervisión, imponer normas para evitar un crecimiento descontrolado del crédito en el futuro y establecer condiciones al estilo de las del TARP estadounidense, como prohibir el dividendo o limitar el sueldo de directivos y consejeros.
No obstante, tampoco se puede descartar que nos impongan una profundización de las reformas y recortes acometidos por el Ejecutivo. Esta profundización iría seguramente en la línea de las recientes recomendaciones de la Comisión Europea, con medidas como la subida del IVA o el retraso inmediato de la edad de jubilación.
La forma de inyectar este dinero también está por decidir. Una posibilidad, como contaba ayer El Confidencial, es que en vez de hacerlo en efectivo se haga mediante bonos emitidos por el EFSF. Asimismo, la idea es que los fondos se inyecten al FROB para que sea él quien los distribuya entre las entidades que lo necesiten. Que el FROB sea el destinatario del dinero tiene una doble ventaja: desde Alemania, se puede defender que es un préstamo al Estado español, puesto que el FROB es un organismo estatal, y no directamente a la banca, algo prohibido para el fondo de rescate como es bien sabido; y desde España, se puede sostener que no es un rescate al país sino destinado exclusivamente al sector financiero.

Fuente: El Confidencial

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