martes, 10 de mayo de 2011

Ecofascismo global

En un artículo titulado “¿Gleichschaltung global? 17 de junio: ¡Día de la resistencia alemana”, Helga Zepp-LaRouche, presidente del partido BüSo, exhortó a todos los ciudadanos alemanes a que leyesen un documento publicado por el Consejo Asesor Científico del Gobierno Federal sobre el Cambio Climático (WBGU, siglas en alemán), titulado “El Mundo en transición: Contrato social para una gran transformación” el cual ella describe como una “propuesta descarada para imponer una dictadura ecofascista verde global en la tradición de Thomas Hobbes, H.G. Wells, y Carl Schmitt”. Asimismo, ella señaló que no sólo los alemanes sino también todos los ciudadanos preocupados por el mundo, deben leerlo para que no cometan el error que muchos cometieron en los años 1920, de no leer y tomar en serio el libro “Mi Lucha” de Adolfo Hitler.

Del mismo modo, Lyndon LaRouche hizo un llamado a derrotar el plan expresado en dicho documento: “Lo que Hitler hizo fue poco comparado con lo que se está proponiendo… Si esta cosa se aplica en Europa de forma exitosa, se puede decir que la civilización estaría a punto de acabarse. Mi misión consiste en detener eso”.

Daniel Estulin



P.S. The article is in english in this link.



El Plan maestro de WBGU: Eco fascismo imperial británico a escala mundial



El documento y su resumen ejecutivo, “Un mundo en transición: un contrato social para la sustentabilidad”, son, como lo subrayó Lyndon LaRouche, “un producto de la inteligencia británica, diseñado para establecer una dictadura fascista de cero crecimiento en Europa”.



Lo que espera el presidente del Consejo, profesor Dr. Hans Joachim Schellnhuber —a quien en 2004 la reina Isabel II de Inglaterra nombró Comandante de la Orden del Imperio Británico, en Berlín— es forzar a la canciller Merkel a que le ponga fin al uso de la energía nuclear en Alemania el 17 de junio como un primer paso para imponer en Alemania y después en todo el mundo el plan maestro de sus amos británicos para el genocidio global.


Otro miembro del WBGU, profesora Dr. Nebojsa Nakicenovic, es de la Universidad de Tecnología de Viena y subdirector del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicado (IIAS, siglas en inglés).


Resumen de un plan genocida


El documento de 32 páginas titulado “Resumen para los formuladores de políticas”, presenta el plan genocida de manera demagógica, como si se tratara de un plan “democrático” para derrocar “regímenes dictatoriales”: “La transformación hacia una sociedad baja en carbono es por lo tanto un imperativo tan ético como la abolición de la esclavitud y la condena del trabajo infantil”.


De esta manera, el desarrollo de los combustibles fósiles y de la fisión nuclear se igualan falsamente a la esclavitud, y el argumento esgrimido es que al hombre se le tiene que liberar tanto de la energía nuclear como de los combustibles fósiles. “El desastre nuclear de Japón deja en claro que tenemos que escoger la vía rápida hacia un futuro bajo en carbono sin energía nuclear”.


Pero, para hacer esto proponen la eliminación de la soberanía nacional y el sometimiento a entidades supranacionales. “La transformación solo puede tener éxito si los estados nacionales anteponen los mecanismos de cooperación global a sus propios intereses orientados al corto plazo. A mitad del siglo los sistemas de energía global se tienen que haber descarbonado. En el centro de cualquier estrategia de descarbonación tiene que haber una expansión masiva de energías renovables y de la infraestructura que ellas requieren”.


“La WBGU desaconseja imperiosamente el uso de la energía nuclear. Las plantas existentes tiene que ser reemplazadas por tecnologías de energía sustentable lo más rápido que sea posible. No se puede compensar la eliminación progresiva de la energía nuclear por medio de una generación de energía nueva o más intensa a base de carbón mineral o lignito”.


Peor aún, WBGU no solo propone esto para el sector industrializado sino también para el mundo en desarrollo. “Incluso los países en desarrollo más pobres, a mediano plazo, tienen que cambiar de dirección hacia caminos de desarrollo de baja emisión”.


Proponen acabar con el Estado nacional soberano


Para lograr esta transformación fascista el WBGU propone un nuevo contrato social que elimine el estado nacional. “El estado nacional ya no debe considerarse como la única base para las relaciones contractuales”.


Este nuevo contrato social representa un cambio de paradigma radical: “La transformación hacia una sociedad baja en carbono significa nada menos que un cambio de paradigma de la sociedad de combustibles fósiles a una sociedad post combustibles fósiles”.


El informe entonces propone una transformación fascista del estado alemán a todos los niveles en concordancia con una ideología verde, anticientífica, antindustrial y antihumana: “Los cuerpos administrativos de Alemania federal deben pasar por un filtro climático a nivel federal, estatal y local”.


Al mismo tiempo que la nación alemana se someta al “filtro” hasta la sumisión, el estado nacional soberano mismo quedará completamente subordinado a las agencias supranacionales que en última instancia son controladas por el Imperio Británico: “La condición de Estado trasciende las fronteras nacionales y las soberanías, particularmente en lo que respecta al clima, energía y ambiente; este aspecto también demanda nuevas instituciones supranacionales”.


“El WNGU le recomienda al gobierno federal que apoye la argumentación de la autoridad legislativa de la Unión Europea para permitir la definición de implementación de una estrategia europea de energía, incluyendo la determinación de los respectivos transportadores de energía, y la extensión y reconstrucción de las infraestructuras interfronterizas, para lograr un sistema de energía en toda Europa sin carbono en el año 2050 basado en una participación lo más grande que sea posible de renovables”.


Globalmente, propone reemplazar la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) por una Organización Internacional de Energías Renovables (OIER), que podría, posteriormente, “paso a paso… se desarrollarse como una Agencia Internacional de Energía Sostenible”.


EL WBGU también propone que “El Banco Mundial debe desarrollar una estrategia sofisticada medible para una transformación hipo carbónica”. También se debe crear una estrategia de “asociaciones de descarbonación”. “Una medida concreta es la expansión de la Asociación de Energía Europea-Africana y la expansión potencial de Desertec hacia el sur”.


En agricultura “el WBGU subraya el importante significado de una liberalización rápida y más extensa del comercio agrícola mundial bajo la Organización Mundial de Comercio. Los subsidios a la agricultura en la Unión Europea y en otros países de la OECD se deben reducir mucho más pronto y se debe mejorar el acceso al mercado de los países en desarrollo”.


“A nivel nacional y de la Unión Europea, el WBGU defiende el establecimiento de Bancos de Inversiones Verdes nacionales”.


Al Grupo de los 20 (G-20) se le asigna un rol: “Usar el G-20 como una fuerza conductora para una política energética y climática sustentable global… El gobierno federal debe fomentar el G-20 y su búsqueda decidida de un programa político de energía sustentable, y la creación de los fundamentos institucionales necesarios para la cooperación efectiva global”. Específicamente, afirma que el “G20 podría incluso convertirse en la fuerza dirigente que impulse la modernización de todo el sistema de las Naciones Unidas”.


Una fuerza de choque “verde” en la ONU vs. la soberanía nacional


En cuanto a las Naciones Unidas, WBGU propone “una revisión de la Carta de las Naciones Unidas” y “la reestructuración total de las organización de las Naciones Unidas”. En esto se incluye el “establecimiento de un Consejo de Desarrollo Sustentable, al mismo nivel del Consejo de Seguridad de la ONU”. También recomienda el establecimiento de una Comisión Mundial para el Desarrollo Urbano Bajo en Carbono y una Comisión Global para el Uso Sustentable de la Tierra.


Efectivamente lo que el WBGU está proponiendo es que Alemania sea tomada por el Imperio Británico y sea transformada en la fuerza impulsora para transformar a la Unión Europea, el G-20 y la ONU representando un plan maestro genocida.


EL WBGU admite: “Políticamente, esto requiere una superación sin precedente histórico de los conceptos de soberanía establecidos”.


Otro objetivo importante del plan es el de poner en la mira de ataque a ciertas naciones destacadas del sector en desarrollo que se han resistido a estas políticas imperiales claramente genocidas como ocurrió recientemente en la conferencia de Copenhagen: “Para Alemania y para la Unión Europea, países que recientemente se están industrializando, China, India y Brasil, son particularmente importantes al respecto”.


Otra característica del plan es, no solamente la eliminación de los combustibles fósiles y de la energía nuclear, sino también el sabotaje del desarrollo de la energía de fusión: “Los fondos para la generación de energía mediante la fusión nuclear se podrían estirar para que abarquen más tiempo para liberar dineros para tareas con mayor prioridad”.


El plan pide “ponerle precio a la emisión de carbono”, es decir, canje de bonos ecológicos: “EL WBGU considera que el canje de bonos ecológicos es un instrumento más efectivo”, que un impuesto.


Por otra parte el WBGU propone una reorganización total de los sistemas educativos de Alemania para lavarle el cerebro a la población y eliminar cualquier oposición a su plan maestro: “En la estrategia de sustentabilidad en Alemania se le debe dar la mayor prioridad a la transformación de la educación”. Esto incluye “nuevos cursos para pregrado y maestría, módulos para entrenar profesores para la transformación de la educación sistémica relevante y programas de grados para las ciencias para la transformación… oportunidades duraderas y entrenamiento en el trabajo”. EL WBGU también “sugiere el establecimiento de escuelas para negocios bajos en carbono y facultades interdisciplinarias para el uso de la tierra bajo en carbono, ciencia de la energía, urbanización y administración específica de la transformación para apoyar los procesos de transformación”.


Y, en conclusión, el informe WBGU, después de toda la habladuría sobre democracia e iniciativas individuales, establece, dictatorialmente que “el metabolismo nuclear-fósil de la sociedad industrial no tiene futuro…. Así que se tiene que acordar nada menos que un nuevo contrato social”.




Solo la Glass-Steagall puede derrotar el culto religioso genocida de la monarquía británica


7 de mayo de 2011 — Entre más se escarba en el historial de John Schellnhuber, líder de la entidad alemana promotora del genocidio verde, la WBGU, queda más claro que es uno de los altos sacerdotes de una secta religiosa fundamentalista ligada a la monarquía británica, que aboga por eliminar a la raza humana, tal y como la conocemos actualmente. Miembro confeso del culto a Gea (o Gaia) y uno de los jefes de redacción de su revista, Schellnhuber está afiliado al Instituto Santa Fe de EU, que es otro centro de Gea, fundado por Esther Dyson.


No debería sorprendernos que John Holdren, el asesor científico de la Casa Blanca del títere británico Barack Obama, es un viejo colaborador cercano de Schellnhuber y forma parte de la misma secta radical malthusiana a Gea, que promueve la despoblación del planeta. Esta gente son fanáticos religiosos, devotos de una secta loca que adora a la Madre Tierra. Odian a la humanidad, y hasta tienen su versión torcida de Vernadsky, argumentando que el hombre, como el único ser volitivamente creativo, puede escoger reducir el tamaño de la población humana mediante la eliminación del combustible y de la energía nuclear. Esto no es menos radical que el deseo del príncipe Felipe de reencarnar como un virus mortal para matar a la mayor cantidad de la humanidad como sea posible.


Mientras el presidente se la pasa callejeando con la realiza británica (el príncipe Carlos estuvo en la Casa Blanca el miércoles y dentro de poco los Obama van a ir a visitar a la reina a fines de este mes), Estados Unidos se cae a pedazos. Los últimos datos Estadísticos del Despacho del Trabajo sobre el empleo en abril, revelan que hay ahora 86,240,000 estadounidenses que han sido borrados de la fuerza laboral; una marca histórica. Ocho estados ya están devastados por los tornados y las inundaciones, y estamos a semanas de que empiece oficialmente la temporada de huracanes, sin mencionar la amenaza en pie de terremotos y erupciones volcánicas de envergadura a lo largo del Cinturón de Fuego. Y a Obama le importa un cuerno esta calamidad.


Todo el país está a punto de explotar, y lo único que podría enderezar el rumbo es la aprobación inmediata de la Glass-Steagall, como ha insistido Lyndon LaRouche en las últimas semanas y meses. Este es nuestro flanco estratégico para ganar, y vamos a ganar esta pelea no dentro de la politiquería de Washington, sino movilizando a la población estadounidense para que le patee el trasero al Congreso. En la Casa Blanca, en Wall Street y la City de Londres, ellos saben al igual que nosotros sabemos, que esta es un enfrentamiento definitivo existencial. El Congreso no se va a mover a menos que reciban una presión extrema de parte de la población estadounidense. Y nadie va a encabezar ese proceso aparte de nosotros. Nosotros sabemos que muchos miembros del Congreso regresaron el lunes a Washington sintiendo la lumbre de sus electores en sus aparejos. Muchos republicanos se están retractando lo más rápidamente posible de su respaldo al plan de austeridad schachtiano lunático de Paul Ryan, porque los vapulearon por votar a favor de la privatización (eliminación) del Medicare. Va a ser una batalla sangrienta y podemos y tenemos que ganar.


Hay señales por todos lados de qué tan vulnerable está el enemigo. El secretario del Tesoro, Tim Geithner, tuvo que barajeárselas esta semana para salir con su estafa usual, para posponer el enfrentamiento final sobre el techo al endeudamiento hasta agosto, después de que andaba corriendo por todos lados gritando que el mundo se iba a acabar si no se elevaba el 16 de mayo el techo de endeudamiento. No tenían la fuerza política para forzar que el Congreso lo aprobara, así que tuvieron que comprar tiempo —robándole dinero al Fondo Federal de Pensiones para llegar hasta el 2 de agosto. Sabemos que Bernanke tuvo que retractarse la semana pasada, en su conferencia de prensa, y retrasar su solicitud por otro “QE3″ (imprimir más liquidez por tercera ocasión), otro billón de dólares en rescates de la Reserva Federal para Wall Street.


El mayor derrumbe, como lo ha venido diciendo por algún tiempo el señor LaRouche, viene de Europa. El viernes, Der Spiegel Online informó que los ministros de finanzas de la Unión Monetaria Europea tuvieron una reunión de emergencia ya tarde en la noche, en Luxemburgo, para lidiar con la posibilidad de que Grecia abandone el acuerdo de rescate con el Banco Central Europeo y el FMI, simplemente porque ¡no puede pagar! Esa publicación alemana advierte que Grecia podría abandonar el euro este fin de semana; y como comentó LaRouche, si Grecia se va, el acuerdo de rescate para los bancos en Portugal, que todavía no se ha acordado, está condenado de antemano. Todo el fraude del euro se viene abajo, posiblemente en cosa de días.


Todo esto significa que tenemos una oportunidad revolucionaria ante nosotros, si actuamos agresivamente. ¿Va a tolerar el pueblo estadounidense otro rescate de un billón de dólares para Wall Street o el destripado sistema del euro y el Grupo Inter-Alfa de bancos, cuando Obama dice que no hay ni un céntimo para los ocho estados devastados por los fenómenos naturales? ¿Va a tolerar el pueblo estadounidense el “tratamiento Haití”?


No, si hacemos nuestro trabajo, no lo van a tolerar. Si se le devuelve a la cuenta del gobierno estadounidense los $17 billones de dólares comprometidos al rescate de los bancos quebrados, se pueden resolver todos los problemas que se enfrentan ahora mismo, así como las amenazas de desastre sísmico que amenaza a la Costa del Pacífico.


Una resolución de Helga Zepp-LaRouche para detener a la WBGU


5 de mayo de 2011 — A continuación se reproduce una resolución que circula ahora a nivel internacional para contrarrestar el informe de la WBGU, recientemente publicado:


El documento público emitido por la Junta Federal de Asesores Científicos sobre Cambios Ambientales Globales (WBGU), “Transición Mundial – Contrato social para una gran transformación” propone la “descarbonización” de la economía energética a nivel mundial, es decir, la eliminación total del petróleo, carbón y gas, así como también renunciar tanto a la fisión nuclear como a proseguir con las investigaciones sobre la energía de fusión termonuclear, y exige que para el año 2050 se utilice exclusivamente la llamada energía renovable.


Se supone que esta mentada “gran transformación” va a ocasionar un cambio comparable a la transición de una sociedad cazadora y recolectora a una sociedad agrícola, y de una sociedad agraria a una sociedad industrial. Sin embargo, esta vez, va a ser mediante un peligroso salto para atrás, en donde Alemania en tanto nación industrializada, dejará de existir. A escala mundial, la baja densidad del flujo energético de las llamadas energías renovables se corresponde a un máximo de potencial poblacional de 1 a 2 mil millones de habitantes.


Para el sector en desarrollo esta transformación significa de manera muy simple, una reducción poblacional masiva. Por esta razón, las naciones en desarrollo rechazaron este “pacto suicida” en la conferencia sobre el clima en Copenhague.


El “contrato social global” propuesto por la WBGU no es más que un ecofascismo global imperialista, basado en una perspectiva de la humanidad que manifiesta su desprecio por el ser humano, que procede de premisas ideológicas, más que científicas.


Debido a estos y otros causales, nosotros, los abajo firmantes, condenamos esta propuesta maliciosa y hacemos un llamado por la disolución de la WBGU.

Firmantes: _____________Fecha­: _________Ciudad:______________País:_________
 
Fuente: Daniel Estulin

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